En cuanto volvió a ver Shelly Brockman, el sheriff Dare Westmoreland recordó la ardiente pasión que habían compartido en otro tiempo. Entonces ella le dijo que era el padre de su hijo, el rebelde jovencito al que acababa de detener, y sus fantasias se convirtieron en furia.
Shelly había regresado a su ciudad natal para sacar a su hijo de las peligrosas calles de Los Ángeles. Seguramente le vendria bien conocer a su padre... lo que no sabía era qué tal le vendria a ella volver a ver al único hombre capaz de acelerarle el pulso... El único hombre al que no había podido olvidar a pesar de las heridas que le habia dejado el corazón...