Clarissa Pinkola nos habla aquí de su tío, el contador de cuentos, esta suerte de guardián de las tradiciones familiares, de sus búsquedas y encuentros, de sus historias cargadas de amor a la tierra y a la familia.
Sorprendente es a historia del abeto que soñaba con ser árbol navideño. Se la leí alguna vez a Hans Christian Andersen, por lo que no es del todo original, pero la versión que acá se narra es más hermosa, más completa, más delicada, más llena de pictóricas y entrañables escenas.
Libro breve que se deja querer y haciéndolo nos atrapa. Que insinúa que lo compartamos y, a la vez, que lo atesoremos para siempre.
Viejos cuentos, leyendas e historias que se niegan a morir porque, al igual que el abeto del relato, siempre encuentran nueva vida cuando hay tan portentosa narradora como lo es Clarissa Pinkola Estés.
¿Recomendable? Por cierto que sí y en grado superlativo. En una palabra: entrañable.