Esta es una de las más populares novelas policiales del siglo XX, pese a que su tejido no se basa en los delitos tradicionales del género. Se trata de una lucha metafísica heterodoxa donde el lector, cuando lo nota, está apoyando a los villanos, mucho más atrevidos y divertidos. En ‘El hombre que fue jueves’, perseguidor y perseguido cobran una significación especial revestidos por el ropaje literario de uno de los grandes escritores ingleses del siglo.