Hernando Téllez, ensayista, político, narrador, periodista, diplomático y crítico literario, publica en 1950 el libro Cenizas para el viento, homónimo del relato que ya empezaba a registrar los excesos de una guerra cromática que padecía el país. Haciendo uso de la voz omnipotente del tercer narrador, Téllez retrata no sólo la violencia política, sino también las disyuntivas que mantenían en jaque a toda la población. De tal forma, los personajes de este libro se caracterizan por una psicología profunda en el caos y el remordimiento, con la confusión como factor fundamental a la hora de actuar frente a las condiciones sociales o, simplemente, frente a un contendor político que defendiera las banderas del otro partido.
A manera de cuentos cortos, Téllez relata la condición humana en un ambiente dispuesto para la guerra y el odio. Cada historia representa una pequeña realidad cotidiana del territorio colombiano. Por medio de la sangre derramada, las batallas y el rencor, Téllez logra universalizar el conflicto colombiano al punto de sugerir que, si bien el país es violento, la violencia es una particularidad de la naturaleza del hombre deshumanizado. Violencia emprendida a través del propio lenguaje y que se posa en las adormideras familiares y en las propias relaciones sociales.
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